Por: Rosa del Carmen Gutiérrez/Descubre Michoacán
La educación no siempre ha sido un derecho universal, y aún hoy en día no lo es para algunas regiones del mundo. Existen lugares donde las niñas o mujeres en general no tienen derecho a la educación, países donde la educación superior es privilegio de quien la puede pagar; cosa que, aunque parezca imposible de creer sigue siendo una realidad por más que los gobiernos nos quieran hacer creer lo contrario.

Una película del director Éric Besnar que nos cuenta la historia de una mujer que, en el año de 1871 en Francia, es enviada a abrir una escuela en una comunidad rural; mismo año en que el gobierno francés declara el derecho a la educación laica y gratuita en todo el país. Como es natural, todo cambio se enfrenta a la resistencia de quienes tienen que hacerlo, y esta no era la excepción, pues en aquella época el trabajo infantil era una práctica común y carecía de prohibición; los campesinos y obreros dependían del trabajo de sus hijos para subsistir, es decir, que la cantidad de hijos era el equivalente a la mano de obra con que disponían las familias para la producción de sus tierras o negocios.
En la Francia del sigo XIX se instaura la educación básica como obligatoria en todos los rincones del país; y es esta mujer (Louise Violet) la que deberá enfrentar el rechazo de la población, quienes no veía el educar a sus hijos e incluso a ellos mismos, como algo útil o que les ofreciera algún beneficio a largo plazo. Y es de esta forma tan sutil y certera, que se muestra como la fuerza de voluntad de quien quiere hacer un cambio en este mundo puede lograr grandes cosas.
Esta película retrata las peripecias que vive esta maestra al tratar de convencer a toda una comunidad, de lo importante que es tener una sociedad educada y llena de conocimiento. Pero no solo hace consciencia en el valor que tiene el conocimiento, sino también en la forma en que el personaje de una mujer empoderada que ha tenido que tomar decisiones difíciles y que ha decidido enfrentarse a los prejuicios e ignorancia de una sociedad del siglo XIX, se expone también a su propio crecimiento personal, desafiando estereotipos, esquemas establecidos y convenciéndose a si misma que el cambio más profundo en una sociedad no siempre es la rebelión con violencia, si no a través de los libros para tocar la consciencia de las personas más abiertas al cambio, los niños.
Todavía recordamos que el Tour de Cine Francés dura hasta el 15 de octubre, y las películas que puedas ver las puedes encontrar con más información aquí.